Luz de plata. Hay luz en la ventana de la cocina que da al descansillo. Viene del apartamento de los Erasmus. Un español y dos franceses. Solo recuerdo el apellido de uno: Chapopo... Tan distinto... Se oyen sonidos culinarios. El ajetreo en la cocina me hace imaginar a jóvenes preparando la cena, con alegría e ilusión. Siento como la armadura que llevo cae al suelo, rendida. Me está apeteciendo meterme en la cocina y preparar algo rico para cenar. Me alegro. Abro la puerta mi casa y siento que he llegado al hogar.

1 comentario:
Sentir cerca el calor de la vida y la alegría, aunque sea de los otros, y dejarse contagiar un poquito al menos, eso trasluce su texto, Rana_Verde, texto suave y lleno de matices. Enhorabuena. Esa ventana encendida en el portal no se sabe si será la de los vecinos Erasmus o la de su mirada profunda y personal.
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