09 junio 2010

La casa del pasado y del futuro

Hubo un tiempo en que los azulejos de mi pasado alicataron paredes.

Hubo una época en que los marcos de mi futuro hicieron ventanas y puertas.

Recuerdo momentos en los que deambulaba por circulares pasillos.

Ya no.

Ahora paseo por verde cesped o sucio barro, pues todo es suelo por igual y ambos me sostienen.

Ya no miro a través de la ventana o escojo qué puerta abrir. Ahora, cuanto más siento mi interior, más fuera estoy de la casa del pasado y del futuro.

Las velas con trémula llama de duda, que proyectaban más sombras que luz, las cambié por un sol de día y una luna de noche que, naturalmente, muestran mi sombra, ahora querida y aceptada compañera de vida.