Me moldeaste pequeño y peor. Y ahora temes perder lo que tienes y quieres romperme. Pero pequeño y peor como fui, de suma de añicos hice mi vida, y ahora no podrías abarcarme.
Sigues queriéndome ver frente a ti. Si te fijaras en las sombras de tu interior, me habrías encontrado ya, abrazándolas.
Cambio a cada paso y me alejo para volver a mí. Estoy a tu lado y, a la vez, perdido en la distancia. Atado y amordazado sería igual de libre que si volara entre las estrellas.
Pintor necio que esgrimes despiadadas pinceladas sobre mí; pierdes el tiempo. No soy lienzo ya, sino el acto de creación mismo. Soy la voluntad de Ser que ignoras desear. Soy la inspiración que buscas encarcelado en tu pintura.