En
Lisboa no luce el Sol, sino la Luna, porque la luz del día es de plata.
Lisboa
tiene una corona de piedra a la que llaman San Jorge y gobierna el más bello
atardecer que pueda tener ciudad alguna.
En
Lisboa el Fado se hace viento para recorrer sus cuestas y lamentar el vacío de
sus casas.
Lisboa
se viste de bello azulejo, que es brillante como la espuma del mar.
La
magia mueve sus tranvías e ilumina las callejas de Alfama. Aguarda arriba de
Santa Justa. Y mece las olas del Teijo.
Lisboa es un bom dia, es una boa tarde, es una boa noite.
Lisboa es un bom dia, es una boa tarde, es una boa noite.