02 octubre 2010

La sonrisa capturada

Paseaba por la acera de una callejuela serpentina del centro de la capital, cuando me crucé con una pareja joven.

Ella, airada, iba contando algo. Apenas vi su rostro. Sus abrazos gesticulaban y su cabeza empujaba en un vaivén forzado, haciendo que el resto del cuerpo lo siguiera. Parecía propulsada por los tirones que da un pez que ha picado el anzuelo y tira de la caña de pescar.

Él, más alto, la seguía. Todo él la seguía. La seguía con su cuerpo ladeado, como un girasol que se nutre de la luz. La seguía con sus brazos, que parecían envolverla y protegerla, aún sin necesidad de tocarla. La seguía con su tranquilidad, que emanaba de su mutua compañía. La seguía con sus ojos, que cantaban a coro con su brillante sonrisa. Tan solo ella existía en el mundo. Ella era toda su atención.

Todo duró un instante. Solo duró un pedacito de eternidad. Pero durante este momento, todo el amor del mundo estaba capturado en esa sonrisa, en esa mirada.

2 comentarios:

Fosqui dijo...

Qué hermosa fotografía has capturado con tus palabras poéticas. Cada vez se aprecia más la agudeza de tu ojo y la de tu escritura. ¿Quién sería más feliz, el que sonríe admirado o la que lo provoca? Un abrazo.

javier dijo...

Que fortuna tener alguien a quien mirar o te mire con la tranquilidad que da el amor bien correspondido. Me ha gustado mucho!