12 abril 2013

El viaje

Surcaré mares desconocidos y veré noches sin estrellas, pero no temeré perderme, pues soy brújula y explorador de las aguas de mi vida.

Mi mano perderá el puño que tanto campo labró y encontrará la palma que tanto ha de recoger y ofrecer.

Espada y armadura entregaré al dulce olvido, pues trascenderé todo pasado y me embriagaré del momento presente, que siempre podrá ser mío, aunque no tenga ni pluma, ni papel en el que escribirlo.

El fuego no volverá a devorarme, pues le enseñaré a que alimente mi corazón.

Si la noche de frío me arropa y despierta mis lágrimas, tomaré la tenue luz del amanecer para transformarlas en rocío que acaricie mi piel.

El dócil susurro que ronda mi conciencia, será la audaz vela que conduzca mi incertidumbre. Y no habrá sombre que no vea, ni abrace, ni desaparezca.

Dejaré casa y férreo cofre una noche, para pasear virgen a la luz de la luna. Tumbado sobre la tierra, enterraré mi cuerpo... Y despertaré girasol. Volviéndome a la luz de mi vida, sonriéndole y entregándome, para reposar de noche y aguardar, cada nuevo día, a mi dulce Apolo.

Me expandiré, lo seré todo y al final... Al final, habré vivido como un hombre, un hijo de la tierra, que nacido roca, murió viento.

10 marzo 2013

Amores

La diferencia entre el amor incondicional y el amor tradicional, es el que el incondicional es expansivo, mientras que el tradicional es invasivo.

17 febrero 2013

Deseo

Tengo miedo de los acantilados porque me hacen desear abrazar la mar. Soñar con la redención fundiéndome en sus aguas. Ser amantes. Volver a la nada...

02 enero 2013

El cuenco tibetano


No era la primera vez que prestaba atención al sonido que producía el cuenco tibetano mientras practicaba meditación, pero aquella vez fue diferente porque estaba muy cerca de él. No recordaba haberlo estado tanto y el sonido me pareció cautivador. Me atrapó o, más bien, fui yo quien quiso atraparlo.
 
Intenté prestar toda la atención posible para descubrir el momento en que el sonido se desvanecía.
 
Era como tirar de una cuerda. Al principio era fuerte y sólida. Luego se iba haciendo más delgada, hasta que se convirtió en un hilo de coser, blanco, casi translúcido, apenas aire entre mis manos...
 
¿Dónde estaba? ¿cuándo había desaparecido? ¿en qué momento se hizo aire?
 
Sin rastro de él, en algún momento debí haber seguido solo las huellas de un recuerdo. Estuve persiguiendo algo que solo era un eco de otro momento, inexistente ya.
 
Recordé entonces las veces en las que he pensado que había perdido algo, cuando en realidad solo se trataría de un recuerdo. 
En cuántas ocasiones habré pensado que ya no tengo algo o a alguien, siendo en realidad solo de un recuerdo de algo que fue mío, pero ya no lo era.
 
Y, entonces, pensé: "¿perder algo que fue mío?". ¿Es que en algún momento fue realmente mío? ¿lo tuve? ¿el sonido del cuenco tibetano también "era mío" y lo perdí? ¿o el sonido "era" o "estaba", simplemente, sin necesidad de mí?.
¿Y cuántas cosas y personas he creído tener, siendo o estando ellas sin necesidad de mí?...

16 diciembre 2012

Invitación perdida

La felicidad es una invitación a un baile que no llegó a mi buzón.

16 septiembre 2012

Lisboa


En Lisboa no luce el Sol, sino la Luna, porque la luz del día es de plata.

Lisboa tiene una corona de piedra a la que llaman San Jorge y gobierna el más bello atardecer que pueda tener ciudad alguna.

En Lisboa el Fado se hace viento para recorrer sus cuestas y lamentar el vacío de sus casas.

Lisboa se viste de bello azulejo, que es brillante como la espuma del mar.

La magia mueve sus tranvías e ilumina las callejas de Alfama. Aguarda arriba de Santa Justa. Y mece las olas del Teijo.

Lisboa es un bom dia, es una boa tarde, es una boa noite.

01 junio 2012

Insípida sopa


Siempre me ha costado levantarme por la mañana.

No era persona hasta que pasaban un par de horas después de haberme levantado.
Apenas podía hablar y estaba más en mi mundo que en este.

Escuchaba el eco de los sueños, que sonaban igual que las voces que se oyen bajo el agua, y que se sienten como si estuvieras en el vientre materno.

Pero en los últimos meses he comenzado a entrar en una especie de rutina que me permite levantarme casi de forma automática y seguir adelante el resto del día, casi igual de automáticamente, y hasta parecer que soy igual que el resto.

Estoy consiguiendo diluirme y pasar inadvertido en esta insípida sopa que es la vida de los otros.